Anatomía de las vías dolorosas
Las fibras aferentes periféricas tienen sus núcleos en los ganglios de las raíces dorsales y proyectan sus prolongaciones por las columnas dorsales hacia estructuras del sistema nervioso central a través de los haces espinotalámicos, de los cuales, a su vez, derivan conecciones a la corteza cerebral. El tálamo es un sitio de gran importancia en la recepción, transmisión y discriminación del dolor y alteraciones en su estructura son causa de dolor central.
Las aferencias dolorosas están constituidas por fibras Ad rápidas y mielinizadas y fibras C amielínicas y lentas que llevan la información hacia el tálamo, luego de recibir información moduladora en la médula espinal.
Entre los neurotransmisores encargados del estímulo doloroso encontramos sustancias liberadas desde el tejido alterado como histamina, bradicinina y leucotrienos, así como sustancias contenidas en los nervios aferentes (somatostatina, sustancia P y péptido relacionado con el gen de la calcitonina), y aminas, entre ellas norepinefrina, serotonina además de neuromoduladores como encefalinas o endorfinas cuya activación conduce a la transmisión y modulación de la sensación dolorosa. Por ejemplo, el GABA, un neurotransmisor de tipo inhibidor así como las sustancias que tienen acción agonista han demostrado, posiblemente mediante su modulación, tener un efecto analgésico.